a El Consejo de Ministros aprueba la Estrategia Española de Ciencia, Tecnología e Innovación 2021-2027

Fecha de publicación el 21/09/2020

El Consejo de Ministros aprueba la Estrategia Española de Ciencia, Tecnología e Innovación 2021-2027

El Consejo de Ministros aprobó el pasado 8 de septiembre del 2020 la Estrategia Española de Ciencia, Tecnología e Innovación 2021-2027, que se concibe como el marco de referencia plurianual cuyos objetivos son compartidos por la totalidad de las Administraciones Públicas con competencias en materia de fomento de la investigación científica, técnica y de innovación. La Estrategia pasa a abarcar siete años para alinearse con el programa europeo de ciencia e innovación, Horizonte Europa.

Uno de los principales objetivos de la Estrategia es fomentar la inversión privada en I+D para poder duplicar la suma de inversiones pública y privada en I+D+I, hasta alcanzar en 2027 el 2,12% del PIB (en 2018, último dato disponible, la inversión fue del 1,24% del PIB). Esto se materializará, en particular, a través de ayudas directas (subvenciones), y mediante el establecimiento de líneas adecuadas para facilitar el uso de los fondos europeos, así como el cumplimiento de la normativa de Ayudas de Estado. Para ello, la Estrategia plantea la necesidad de un Pacto de Estado, equivalente a otros llevados a cabo por la comunidad europea e internacional, que dé estabilidad y se traduzca de manera inmediata en una acción contundente de inversión en ciencia e innovación.

Entre las principales novedades y prioridades de la Estrategia se incluye el diseño de un itinerario científico y tecnológico de acceso al sistema de I+D+I equiparable al de los países de nuestro entorno (Tenure Track) así como la estructuración de los programas en misiones nacionales, el reforzamiento de los ecosistemas de innovación, el aumento de proyectos tractores de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, la incorporación de la perspectiva de género, el refuerzo de la investigación e innovación en salud, la consolidación de una red de infraestructuras y equipamientos científico-técnicos que desarrollen ciencia excelente y abierta, el fomento de las asociaciones del programa Horizonte Europa y la promoción de la I+D+I privada mediante incentivos fiscales adaptados a las empresas del sistema de ciencia e innovación.

Dentro de la Estrategia se incide de manera decisiva en el papel que juega la protección de la innovación por medio de la figura de la patente como vehículo para generar valor a nuestro tejido productivo. Muestra de ello es la afirmación de que las solicitudes de patente y las patentes concedidas son indicadores de los resultados de la actividad inventiva e innovadora de un país.

En la comparativa internacional, España se sitúa entre los 20 primeros países del mundo tanto en número de solicitudes, como en concesiones de patente europea. Sin embargo, no hay ninguna entidad española entre los 100 primeros solicitantes de patentes del mundo, mientras que entre dichos solicitantes aparecen 10 entidades francesas y 16 alemanas. Tanto en relación con el número de solicitudes PCT como europeas, España se encuentra a la cola de los 30 países que más solicitudes presentan por habitante. Concretamente, ocupa las posiciones 25 y 27 respectivamente. Estos datos ponen de manifiesto la baja actividad innovadora y de transferencia de conocimiento que tiene España.

En definitiva, los datos expuestos revelan tres aspectos importantes: 1) la crisis económica en España ha afectado al número de solicitudes de patente y por tanto a la capacidad inventora e innovadora; 2) España tiene poca capacidad para atraer talento extranjero; 3) España, sin embargo, cuenta con una masa crítica de investigadores que colaboran con instituciones o empresas extranjeras que protegen sus resultados de investigación.

Para mejorar esta situación, se establece el Objetivo 4: Generar conocimiento y liderazgo científico, optimizando la posición de sus investigadores y la calidad de sus infraestructuras y sus equipamientos, fomentando la industria de la ciencia. Aplicar el conocimiento científico al desarrollo de nuevas tecnologías que puedan utilizarse por parte de las empresas, e intensificar la capacidad para comunicar a nuestra sociedad, y de influir en el sector público y privado y se diseña el Eje 8: Promover la innovación empresarial y la difusión de la innovación en todos los sectores, especialmente en las pequeñas y medianas empresas (PYMEs), facilitando la incorporación de tecnologías e innovaciones, que faciliten la consecución de las prioridades políticas, sociales y económicas del país. Asegurar incentivos fiscales a la I+D+I, adaptados a las empresas del sistema de ciencia e innovación.

A la vista de estos resultados analizados en la Estrategia se observa que, en las universidades públicas 1 de cada 2 solicitudes de patente son en cotitularidad, pero sólo el 25% son con empresas. En los Organismos Públicos de Investigación (OPIs) se solicitan en cotitularidad 3 de cada 4 patentes (también el 25% con empresas). De nuevo, se pone de manifiesto la clara debilidad que tiene el Sistema Español de Ciencia, Tecnología e Innovación (SECTI) en cuanto a colaboración público-privada. Por su parte, son las universidades privadas y los centros tecnológicos son los que más apuestan por la creación de empresas spin-off para la explotación de los resultados de investigación. Por ello, el Objetivo 6 está referido a Favorecer la transferencia de conocimiento, fortalecer y desarrollar vínculos bidireccionales entre ciencia y empresas, a través de una comprensión mutua de necesidades y objetivos. Además, el Eje 11 se centra en Promover la existencia de canales eficaces de transferencia, cooperación e intercambio de conocimiento entre los sectores públicos y privados.

Por último, cabe destacar que en las universidades públicas y en los OPIs, solo 1 de cada 4 solicitudes de patente tiene como cotitular una institución extranjera. En este sentido se plantea el Eje 13: Potenciar la internacionalización de los agentes del SECTI y las infraestructuras científicas y tecnológicas mediante: i) la promoción y el apoyo para incrementar la participación en programas internacionales como Horizonte Europa y sus iniciativas de programación conjunta; ii) la colaboración internacional; iii) la cooperación internacional utilizando la diplomacia científica; iv) el fomento y la participación en instalaciones internacionales.

Visto todo lo anterior, cabe resaltar que, entre los objetivos de la Estrategia, destaca la necesidad de generar conocimiento y liderazgo científico, optimizando para ello la posición del personal investigador y de las instituciones, así como la calidad de sus infraestructuras y equipamientos.

El objetivo final es generar un tejido productivo, basado en las fortalezas actuales, más innovador y dinámico. Esto permitirá incrementar la competitividad y, con ello, la generación de empleo de calidad y procurar la sostenibilidad de nuestro sistema social a largo plazo, invirtiendo en la calidad de vida de las generaciones futuras.

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Fuente: OEPM